El despertar.

Luz del sol. Luz fuerte que ilumina mi habitación. Luz que nubla mi vista. Volteo, no siento tu olor, no veo tu hermoso rostro, tu hermoso cuerpo, y temo por ello. Temo no volverte a ver. No volver a besar tu roja boca, no beber más de tu néctar, no mirar otra vez tus profundos ojos.
Mi corazón… corazón que ahora es tuyo. Corazón que late porque existes, porque lo reviviste de su inminente muerte. Ese pobre corazón que necesita de ti acelera su ritmo, late con rapidez, y teme por ti. Por no volverte a ver, por no volver a poseer tu cuerpo. Por no regocijarte con el éxtasis que solo tú puedes provocar. Quiero sentir tu éxtasis. Quiero saciarme con el. Sentir que vivo y muero por cada segundo que tengo de tu cuerpo. Sí… ese éxtasis que solo tu me puedes dar, pero no estas.

No estás hermoso ángel de Lucifer. Hermosa diosa que vino desde el infierno a iluminar mi oscuro existir. Ha revivirme de la agonía miserable de la que somos victimas los seres humanos. Por que no estas solo viviré para encontrarte. Para sentir de nuevo ese éxtasis que ninguna droga me puede dar. Para volver a tener ese cuerpo esculpido por la diosa afrodita.
Tengo miedo. Sí miedo de no verte. Porque te fuiste, te fuiste como viniste, y se que existe. Se que no eres un sueño. El más hermoso sueño que la humanidad soñó, por eso temo no repetir ese sueño o esa realidad. Pero la realidad es que tu no estas.

Comentarios

Entradas populares