Una ciudad que nunca se logra olvidar.

Cali, una gran calle, una ciudad que se asemeja a un infierno. Mujeres, Hombres, Travestis. Más mujeres, silicona, plástico, mentiras y más mentiras. Prostitutas, feas, bonitas, negras, blancas, muecas, muy caras, enfermas, solo putas y más putas. Calles sin rumbo alguno, gente ya sin sueños, miseria, poca gloria, y calor. Un cholado en las manos de un niño, juventud sin futuro, drogas, alcohol, y sexo, solo sexo y mal sexo. Un Pascual Guerrero repleto de hinchas fracasados, once jugadores que no conocen la verdadera victoria, balones, césped, y sangre en la hinchada. Un rio ya sin vida atraviesa el centro de lo que algún día fue una gran utopía, agua, pútrida, agua estancada, agua sin ningún valor. Muerte, gente muerta, poca ilusión, y una falsa realidad. Temor, miedo a la calle, horror a no volver sano al hogar. Lindas mujeres que son como las flores, mujeres huecas y vacías, mujeres fáciles que abren las piernas para ser el utensilio de un carro. Una iglesia que adorna el centro, un monumento ridículo sin ningún sentido arquitectónico conocido, una iglesia deteriorada por el tiempo. Un Dios que cuida la ciudad con los brazos abiertos, una figura ridícula que los fieles miran con devoción, y una ciudad abandonada desde hace mucho por Dios. Los mejores bailarines del planeta, una música endemoniada que nace de las raíces africanas de la ciudad. Unos tambores que se tocan a toda prisa, una nariz salsera que sangra, una salsa que se mezcla con sexo, sudor, coca, y aguardiente. Una avenida sexta repleta de ladrones, una avenida sexta con luces extravagantes, Ladrones, putas y putas, una jauría de travestis buscando clientes por la calle. Una rumba que ya nadie desea, pero que nadie puede evitar, trago, salsa y rock and roll. Hombres solos, hombres que solo viven por vivir y que morirán para ser olvidados, hombres que solo buscan una hembra para satisfacer un feroz apetito sexual. Cali, una ciudad que dejo de ser la sucursal del cielo, para convertirse en la puerta del infierno. Una ciudad con habitantes forasteros, una mezcla de razas particulares que conviven en un gran chiquero. Un infierno que huele a fritanga, basura y pandebono. Una ciudad donde no es sano nacer, una ciudad que nunca se logra olvidar.

Comentarios

Anónimo dijo…
Cierto, cierto, cierto, cierto, una ciudad que no se logra olvidar; pero una ciudad que necesita ciudadanos que cambien esa triste realidad.
Anónimo dijo…
no me gusta.. pero es bueno-
valentino
Jesst me! dijo…
Y lo bueno???
porque también existe... :)
Maryoh1889 dijo…
Una ciudad... que no se olvida y q se recorre a pesar de...

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